domingo, 2 de noviembre de 2008

Betrayal butterfly (parte 10)



“No recuerdo tus ojos, pero si lo que vieron...”
Luís Hernández

Por esos días, mi relación con la mariposa traicionera ya había empezado a sentir los estragos de la rutina y el tedio. Recreo tras recreo, salida tras salida; pasábamos la mayor parte del tiempo sentados uno al lado del otro, sin decir una palabra. Había ratos en los que hablábamos (o mejor dicho ella hablaba) de las cosas que pasaban en nuestros salones de clase. En mi caso no había nada extraordinario que contar: los cambios de hora con mi guitarra en un rincón del salón mientras la gente me pedía canciones al azar; los videos que grabábamos con Kathy, Sol, Adela, Ferxio y Jordan; entre otras cosas; no tenían mayor relevancia en comparación con las “aventurillas” de la mariposa con su nuevo amigo. Quizá por eso tratábamos de no tocar el tema pues la sola mención de Mister G en la conversación desencadenaba una serie de discusiones que (casi) siempre terminaban en rochosas peleas a voz en cuello donde ella terminaba siendo la victima ante los ojos de todos, mientras yo me marchaba con mi furia incandescente reprimida en mi garganta hacia otro lugar lejos de ella y de las desdeñosas miradas de los que habían presenciado la pequeña guerra en el patio principal del colegio.
Apoyado sobre el tronco de algún árbol de los muchos que habían alrededor el campo de fútbol me dedicaba a observar a las parejas que circulaban por ahí. Algunas me saludaban, otras estaban demasiado abstraídas dándose arrumacos como para darse cuenta de mi presencia. Así pasaba el tiempo, solitario y divirtiéndome pensando que todos ellos eran tontos enamorados, para después darme cuenta que yo también formaba parte del gran grupo. Resignado y con la mirada perdida caminaba por los patios atestados de chiquillos pateando pelotas, chicas agrupadas en círculos contándose los últimos chismes o “rajando” de alguna fulana que ellas consideraban “indeseable”; veía el tiempo pasar sin detenerse siquiera para mostrar condescendencia con un pelele que cometió el error de “enamorarse” en los dos últimos de los once años de vida escolar, o mejor dicho, de un huevon que no supo discernir entre amor y perdida de tiempo.
Cuando el timbre que anunciaba el retorno a clases y el fin del receso se imponía sobre el barullo de los patios yo emprendía el camino hacia mi salón en el segundo piso del pabellón a un extremo del colegio. Buscaba a la mariposa con la mirada y en seguida la encontraba de lo más radiante con Mister G o con alguna de sus amigas. Ya no me afectaba, mi día se había ido al tacho con todo lo que ello implica así que entraba cabizbajo a escuchar clases. Notaba en seguida el recelo a mí alrededor, sentía las miradas sobre mí, los reproches en el aire y los murmullos de algunas de las chicas cerca de mí. Hubiera podido acercarme y exigirles una explicación, pero me retuve pues consolidaría aun mas la fama de conflictivo que me estaba empezando a “ganar”.
El timbre que anunciaba el fin del día de clases sonaba estrepitosamente y todo el salón se lanzaba hacia la puerta queriendo salir lo más rápido posible. Yo, sentado en mi carpeta me demoraba adrede en guardar algunas de mis cosas en el locker y otras en la desvencijada mochila. Cuando el salón quedaba casi desierto salía sin apuros evitando encontrarme con la mariposa y su amigo cosa que eventualmente no sucedía. Me los cruzaba en el patio, tal y como lo hiciera al final del receso, riendo a carcajadas y cuando ella advertía mi presencia se despedía rauda de el mientras yo me acercaba sin opción alguna.
-Amor, te juro que estas tres horas se me han hecho eternas, hay que arreglar las cosas, sabes que no me gusta estar así contigo- decía mientras acercaba su rostro al mio.
Yo escuchaba sin escuchar, callado, mirando el pasar de los carros tras ella. Ella me beso, no me inmute, solo moví los labios tratando de disimular mi incomodidad. En realidad ardía por dentro, me reprimía las ganas de reprocharle su cinismo. Me abrazo y me beso aun con mas fuerza, sentí su vientre y sus senos contra mi pecho, recordé a las serpientes de Nacional Geographic enroscándose en sus presas casi asfixiándolas para luego inyectarles su ponzoña mortal. Ella pareció notar mi rechazo pues desvió el rostro y haciéndome adiós con la mano empezó a caminar hacia la camioneta que la esperaba para llevarla a su casa. Fue entonces cuando la cogi de las caderas y la bese con toda la fuerza que pude canalizar en mis labios húmedos, la sentí reír entre dientes no se si en señal de triunfo, placer o alivio. Su lengua recorría mi cavidad bucal y mis dientes mordían sus labios. Cuando la sentí satisfecha separe mi rostro del suyo y la mire fijamente a los ojos.
Muchas veces me han dicho que tengo una mirada profunda. También he escuchado la idea de que los ojos son el espejo del alma de uno. Pues si ello es cierto lo comprobé muchas de esas veces. El beso que le di reflejaba la ira reprimida y que me negaba expresar en palabras. Mi mirada lo decía todo. Percibí miedo en sus ojos, la sentí temblar cuando se despidió de mí. Camine la ruta a casa pensando en el tiempo que ya había estado con ella. Recordé el primer beso, la primera salida, sus cartas llenas de melosa cursilería y las tardes en su casa. Recordé sus celos absurdos y los míos, los momentos de intimidad y las rochosas peleas ante la vista de todo el colegio. Recordé aquel tiempo con algo de soledad.

5 comentarios:

zol kndida dijo...

wauuuuuuuuu1!
U KILL ME primo!
mui profundo
i mui DESCRITIVO!!!
m gusto
m gusto x)

Raul dijo...

jaja "muy descriptivo" :P? en realidad no me di cuenta...

PaZ! dijo...

sii sol tiene razon u.U
jajaj me gusto me gusto :)

"los ojos son el espejo del alma"

Raul dijo...

manyaaa "DESCRITIVO" lo agregare a mi vocabulario xD, y si fui "descritivo" lo sere mas en los dos ultimos post :P

gafer dijo...

recuerdo los cambios de hora con la guitarra..
yo era una de las q te pedian canciones...¿no te aburrian? iuck! me pongo en tu lugar y la verdad a mi si :S

y los videos jajaja eran buenisimos! xD

me siento como una tonta espectadora que luego de mucho tiempo se da cuenta de cosas que en su momento no percato U.U..