lunes, 30 de junio de 2008

Kachkaniraqmi: la lucha por la identidad nacional / parte 1

"No soy un aculturado; yo soy un peruano
que orgullosamente, como un demonio feliz,
habla en cristiano y en indio, en español y en quechua."
Jose Maria Arguedas (Lima,Octubre de 1968)


Hace unas semanas, caminando por las calles limeñas, vislumbre a dos chicos con rasgos propios de la gente del interior del país, pero con los cabellos teñidos en las puntas y con atuendos relacionados a la moda del reggaeton. Extrañado, no pude evitar recordar un cuento que leí en uno de mis primeros años de secundaria, cuando aún estaba en el colegio. El cuento se titulaba “Alienación”, en donde Julio Ramón Ribeyro nos narraba las peripecias de Roberto (quien después seria “Boby”) y José Maria, dos jóvenes peruanos de raza negra, quienes viajan a los Estados Unidos tratando de imitar la apariencia y el modus vivendi norteamericano, cosa que eventualmente no lograron. El cuento en esencia nos propone la siguiente interrogante ¿Es la alienación un agente enriquecedor o destructor de tradiciones?

Es conocido por todos que con la llegada de los españoles a nuestras tierras y la implantación de un sistema colonial en el siglo XVI, se inicio, junto al proceso de evangelización indígena, un arrollador proceso de aculturación, incentivado por la Corona Española con el fin de erradicar por completo la ideología y cultura indígena imponiendo el pensamiento peninsular hasta en los aspectos más fútiles de la vida indiana, aunque eventualmente lo que lograron fue un mestizaje pleno, una mezcla de sangres que caracteriza a nuestro país hoy en día. Siglos más tarde, si bien la problemática de la transculturación se ha atenuado en cierta forma, aún existe pero con otros matices. Ahora ya no hay lugar a mestizaje, sino el afán de imposición completa y desalmada de un grupo poderoso sobre uno minoritario pero con gran significado en el Perú. Este “abandono de las instituciones culturales indígenas y la adhesión a las que ofrece la cultura occidental – criolla” (Quijano, 1980:69) en la población nativa resulta más nocivo que ventajoso en un país como el nuestro. Es por ello que planteo que la transculturación dificulta el desarrollo de una identidad nacional en los migrantes.

En tiempos como los nuestros, cuando la lucha por una propia y sólida identidad cultural se vuelve cada vez más ardua, tratar el peligro que constituye esta aculturación en los migrantes, quizá los mas afectados ante la disyuntiva del cambio cultural, resulta fundamental para la concepción del significado de nación en una país tan fragmentado y lleno de diferencias como el nuestro. La “alienación” de la cultura original, desarrollo de complejos de superioridad en los migrantes y el posterior choque intracivilizatorio que trae consigo la destrucción mutua entre ambos grupos expanden la brecha existente y atentan contra lo que estamos luchando: una verdadera república de peruanos.

Debido al vertiginoso proceso de globalización en el que estamos inmersos, la cultura original se ve supeditada a alienarse en su relación con la cultura hegemónica. Prueba de esto, es el hecho de tratar de imitar la apariencia y las costumbres de los citadinos. Al respecto, Maria Inés Quevedo Stuva en “Identidad entre los migrantes” nos muestra el testimonio de Aleja, una mujer de 38 años, proveniente del departamento de Ancash: “Claro, acá hablamos castellano, allá uno habla quechua. En la manera en que uno se viste, en esa forma he cambiado. Allá me vestía con polleras, acá, en cambio, me pongo faldas, pantalón. Allá nadie se ponen chorcitos (sic.), allá la gente usa trencitas, acá usamos pelo teñido, corto.” (Quevedo 239: 2007).

Otro punto clave en este proceso de transculturación es que ciertos conceptos, utilizados en su sistema cultural indígena, no son aplicables en la sociedad urbana, donde la economía de mercado exige otro tipo de conducta, la práctica de la reciprocidad es una de las tantas afectadas. La reciprocidad, en términos de Quevedo, se define como “una forma de intercambio de bienes y servicios revestido de un simbolismo que toma la transacción en un intercambio ceremonia”. (2007:218) Alfredo Covejo, señala “Por ahora, las etnias no pueden encapsularse ni rechazar lo que el mundo produce, asimilando lo que les conviene.” (2002: 196) Sin embargo, el encuentro de estas dos visiones alimenta aun más la situación de conflicto entre estos dos bloques, reflejado en los estereotipos de “egoístas”, “poco solidarios” e “indiferentes” aplicadas por los migrantes a los ya “aculturados citadinos.” (Quevedo, 2007:238)

miércoles, 25 de junio de 2008

La magia del circo... (parte 1)


(este es un trabajo de Ana Paula Mendez Cosamalon, una amiga de la universidad. Lo lei y me gusto por eso lo cuelgo, porque muy pocas personas pueden hacer de un texto academico un sincretismo tan vivido con su experiencia personal)


“…el circo es la verdadera y pura diversión, es la diversión que no es más que diversión, es la diversión por diversión…”

Ramón Gómez de la Serna


El presente trabajo es una investigación sobre el circo, no sólo en cuanto a estructura sino además un poco de qué es lo que envuelve, su historia, la organización, los artistas, la sociedad y cómo se ha venido desarrollando. Con este trabajo quiero demostrar la importancia del arte para enriquecernos, lograr que se pueda tomar en cuenta, no solo ver la parte folclórica del mismo, sino demostrar además que no apareció de la noche a la mañana, que tiene historia y que se esta se ha desarrollado a lo largo de los años, es más, siglos; convirtiéndolo en un arte universal que forma parte de la tradición popular de cualquier cultura.
Trataré entonces de desarrollar temas como la historia del circo, como surge, como se desarrolló, su evolución en distintos países, los cambios que ha tenido y los distintos fines con los que se ha desenvuelto.
Luego haré referencia a las diferentes y más frecuentes modalidades que se pueden mostrar en los circos, describiéndolas con sus respectivos elementos.
Mostrare tambien la vida de los artistas y cómo son tratadas estas personas, considerando que son la esencia humana del circo. Finalmente se vincula este tema a la sociedad peruana, analizando qué tan aceptado es el circo en este medio, que prejuicios se crean y qué valor se le adjudica a este tipo de arte.
He realizado esta investigación consultando fuentes bibliográficas y fuentes provenientes de Internet, pero además obtuve valiosa información de personas conocedoras del tema, que han estado o están actualmente relacionadas al circo, de las cuales recogí testimonios sobre sus experiencias personales en la vida circense. Asimismo, mi propia experiencia en actividades relacionadas al circo, fue también un pequeño aporte.
Lo que quiero lograr es que se de a conocer tal vez un poco más sobre un tema que no muchas personas toman en cuenta, sobre todo en nuestro país, donde tal vez desde muy pequeños creamos una concepción errada, del circo popular y folclórico, donde forma parte importante los animales y sobre todo el reírnos de los “actores” por ellos mismos y no por su arte, arte que supuestamente nos transmiten.
Veremos entonces, un poco del valor del circo en nuestro país, cómo se esta desarrollando y la acogida que esta teniendo un nuevo concepto circense. Cada vez es más común ver a artistas callejeros, y como diferentes ONG’s apuestan por el desarrollo del arte en personas que carecen de recursos económicos. Creo que es preferible que hagan este tipo de actividades a que se involucren en drogas o delincuencia.
Tratare de desarrollar aspectos del circo que no conocemos o que no notamos fácilmente, logrando así, involucrarnos más, ir más allá de la apariencia en escena, conociendo un poco más sobre qué y quiénes están detrás del espectáculo.


El circo es inicialmente el lugar donde la gente se reúne para presenciar espectáculos, como se sabe, el circo más conocido antiguamente es el coliseo romano, que al tomar influencia Griega y oriental es uno de los más importantes del mundo, ya que desde ahí nace la historia. [1] (Portal de Albacete: 2008)

Aunque ya no funcione como tal, hoy en día es considerado una de las 7 maravillas del mundo.


Actualmente la infraestructura de los circos comunes se asemeja como a un edificio cubierto por una carpa, dentro rodea al “escenario” asientos para que todos puedan presenciar el espectáculo, que puede estar conformado por acróbatas, payasos, malabaristas y artistas en general.
El circo ha ido evolucionando en todo el mundo, dependiendo del país, se muestran diversos espectáculos; el circo es además una tradición popular, en la mayoría de países va de la mano con la cultura. En Perú por ejemplo, se sabe que la época de circo es en Julio (fiestas patrias) y no sólo en la capital sino también en los diferentes departamentos y pueblos. Como bien dice Mª Dolores Muños, el circo ha sido siempre un eminente arte popular, que se basa en su misma tradición para convertirse en popular.
Con la propia experiencia, puedo afirmar lo que dice Mª Dolores Muños, ya que he tenido la oportunidad de presenciar aspectos muy tradicionales del circo, como en un viaje a Canta (sierra de Lima), en el que fui a un circo de la zona, del cual no recuerdo el nombre, pero si recuerdo que la sensación de estar sentada ahí era como retroceder en el tiempo, además de las rarezas, y demás, era un ambiente sumamente rústico, y en el cual los espectadores captaban el espíritu del artista que te ofrecían cada uno de los acróbatas, malabaristas, y demás participantes. Recuerdo con cierta claridad la máxima atracción que era “La niña de los pelos de acero” y una cantante vernacular que por lástima no llamo tanto mi atención, quede fascinada con esta niña, ya que concentrada seriamente en su trabajo fue el centro de atención total con su acto, que consistía en probar la fuerza de su cuero cabelludo, bajo distintas pruebas.
Lo que me llama tanto la atención y por ello cito esta experiencia es todo lo que involucra, la asistencia del pueblo (y visitantes como yo) lo accesible que es ya que VIP era S/. 5.00 y platea S/. 3.00, este tipo de espectáculos muestra que es un circo popular y nómada, que cambia de lugar constantemente buscando al mejor público. Lo cual demuestra que no es necesario una súper estructura, ni la preparación mas intensa para lograr el espectáculo. Principalmente se basa en cosas coloridas, novedosas y que a primera vista capten la atención del público, por ello la atención con la que todos miraran el espectáculo, como si se tratase de algo mágico, y uno como limeño, que solo va para pasar el rato y trata de comparar con otros circos antes vistos (La Tarumba, Cirque du soleil) que a grandes rasgos transmiten un mensaje mucho mas elaborado. El circo donde quiera que sea, y como quiera que sea se adecuada al tiempo y espacio de determinado pueblo y cultura, y en el Perú e incluso en lima misma, podemos ser parte de una diversidad cultural que hace que lo mismo sea a la vez totalmente diferente. Es este tipo de circo, popular, folclórico, el típico circo peruano, el que por mucho años también llegó a lima en épocas patrias, y que deslumbraba a todos, pero ya no, ahora se esta creando una clase de conciencia circense, pues ya no nos reímos porque un payaso pone en ridículo a otro, o nos deslumbramos porque tienen animales salvajes enjaulados, sino mas bien apreciamos que las obras tengan un tema especifico, que tengan un poco mas de sentido, que nos cuenten de a poco una historia; que no sea tan banal como poner a un montón de “artistas” y “freaks ” y reírnos sin saber porque, y cuando hay terminado el espectáculo no tener nada mas profundo que reflexionar que la manera tan graciosa que se cayó un payaso. En Lima el circo más conocido es “La Tarumba”, y el negocio viene a ser más formal, aunque también en ciertas partes está el circo popular, como el de ”La Chola Jacinta”, donde el contenido del espectáculo varia en relación con otros circos. También se presentan circos internacionales.
El circo va cambiando temporada a temporada, en diferentes partes del mundo, siempre se tendrán novedades, nunca va a ser igual, se seguirá el mismo patrón pero el espectáculo siempre será diferente, sea popular, exclusivo, sea de ricos o de pobres, nunca dejará de entretener, es lo mejor que hace ya que para eso se creó.

sábado, 21 de junio de 2008

Quiero tu sangre, porque muero... (sobre el Teniente de Inishmore)- Parte 1


(Un trabajo de la universidad)


Un gato ha muerto en la Isla de Inishmore. Sin embargo, este no es un gato cualquiera, sino el ser más importante para un violento militante del I.R.A, quien no dudara en ocasionar todo un derramamiento de sangre para saber quien mato al dichoso felino. Este es el argumento del Teniente de Inishmore, una hilarante e inquietante comedia de humor negro, basada en la obra homónima de Martín McDonagh.

Una obra no es obra sin un elenco de personajes que serán los responsables de sumergirnos en la intensidad del relato, causando en nosotros toda clase de emociones (y en este caso, sobresaltos). Por ello, de entre los ocho caracteres de la trama, escogeré a tres de los que considero más complejos. En primer lugar, esta Padriac (Rodrigo Sánchez Patiño) un hombre dotado de una personalidad extremadamente violenta y sanguinaria.

El teniente (la veracidad del termino es dudosa), creció sin madre y con un padre adicto al whisky, con quien tiene una muy mala relación. Al parecer, el único recuerdo que conserva de su progenitora es (o era) el gato Tomasin. Es curioso observar que detrás de ese perfil huraño y misántropo, se esconde un Padriac lleno de sensibilidad y cariño hacia su mascota. Prueba de ello, es la reacción tomada cuando su padre Donny (Alfonso Santistevan), lo llama para comunicarle la supuesta enfermedad (una mentira ideada por el y por Davey, con el fin de retrasarlo y atenuar su furia) en la que ha caído su preciado gato. El teniente, sin dudarlo, detiene la tortura de James (Laszlo Kovacks) para acudir raudo y lleno de preocupación, de regreso a su casa en el condado de Galway. Al llegar, no puede contenerse más y literalmente profiere aullidos y gemidos propios de un can herido. Padriac, entonces, muestra un lado escondido que pocos hubiésemos pensado encontrar tras esa mente tan perturbada. El teniente, empero, no es tonto y conciente de la treta ideada por su padre y Davey (Rómulo Asereto) le vuela los sesos al gato que los dos únicos habitantes de la casa habían conseguido con el fin de engañarlo, probando así su desenfrenada violencia y ferocidad, características que crecen cada vez mas conforme transcurre la obra.

La primera visión que tenemos de Mairead (Gisela Ponce de León), nos la hace parecer, tanto por su apariencia externa como por su forma de expresión, no una chica sino un muchacho muy aguerrido. En efecto, Mairead es un “muchacho con los labios pintados”, tal como señala Padriac al verla luego de haber llegado a la Isla de Inishmore. La chica sueña con pertenecer a la revolución por la liberación de Irlanda y pelear junto a su idolatrado Padriac. Aquí es necesario analizar el significado que tiene el concepto “amor” para Mairead.

En mi opinión, la chica no lo “amaba”, solo se sentía atraída el carácter belicoso del teniente. Quizá le apasionaba la violencia y sentía que el era la síntesis de todo a lo que ella aspiraba. La hazaña de las vacas tuertas que ella relata con orgullo, es, definitivamente, un mecanismo para captar la atención del teniente y una forma de asegurarse que nadie se metiese con ella. Pero en el fondo no podemos dejar de notar, al igual que en Padriac, a una joven idealista y llena de sensibilidad. Ella también posee un gato, el señor Rodolfo, quien es también, el ser más importante en su vida. Además, al cambiar su atuendo demuestra su lado más inocente, sus ganas de vivir una nueva vida junto al teniente. Mairead, al igual que Padriac, mantienen un conflicto permanente cuando oscilan los dos extremos de sus personalidades. Por un lado, la ternura y por otro, la apelación a la violencia extrema como mecanismo de autodefensa por temor a que sus sentimientos mas humanos salgan al descubierto. Sin embargo, este conflicto tiene su momento culminante con el descubrimiento que hace Mairead acerca del inconciente asesinato (aunque ella no lo cree así) del señor Rodolfo, por parte del furibundo Padriac. Mairead no lo piensa dos veces y dispara en la sien del teniente, un chorro de sangre le baña la cara y el vestido blanco; finalizando, así, el conflicto entre los dos extremos de su personalidad. El lado violento ha ganado, ella se ha convertido en otro Padriac (algo que quiso desde el principio), otro teniente de Inishmore.

domingo, 15 de junio de 2008

La calle esta dura...



Hace dos semanas, a eso de las 15 hrs. con 30 minutos, fui asaltado por dos maleantes mientras caminaba rumbo a casa de una amiga con el fin de llevarla a la PUCP por un trabajo que le habían designado en su universidad. Los hampones sacaron una pistola (mi dominio sobre temas armamentísticos es prácticamente nulo, por ello pecaría de ignorante al querer afirmar que tipo de arma era) y una filuda navaja. Empujándome contra la pared y después de amenazarme con disparar si trataba de emitir sonido alguno, me quitaron el celular y la billetera, y tras una petición (que llego casi al ruego) mía, me aventaron los documentos, para luego emprender la cobarde huida. Como se imaginaran quede en un estado de completa perplejidad, tieso como el chavo del ocho cuando le da la “chiripiolca”. Era la primera vez que me robaban de esa forma tan “shockeante” (antes no habían pasado de simples “bolsiqueos”) y quizá por ello quede tan frustrado y lleno de rabia, pues por un momento pensé en seguirlos y enfrentarme con ellos en un duelo donde las posibilidades que tenia de salir airado, ileso y con mis posesiones de vuelta, equivalían a la “esperanza matemáticamente posible” de que nuestra selección vaya a un mundial.

En fin, tras haberme recuperado en cierta forma de mi momentáneo estado de furia contenida y vacío mental procedí, como todo buen ciudadano en sus cabales, a acudir a la comisaría a sentar mi denuncia y luego de una entretenida charla acerca de los principales problemas que afectan a nuestra ciudad mientras hacíamos un “reconocimiento de la zona”, en palabras de uno de los oficiales, los patrulleros de turno me llevaron a mi casa, donde no pude evitar causar las miradas curiosas e inquisidoras por parte de los vecinos.

El testimonio que acabo de dar es uno dentro del gran número de historias que suceden diariamente. Los oficiales, durante la charla que sostuvimos, me indicaron que semanas atrás se registraron un promedio de 6 casos similares al mio, por lo que era solo cuestión de tiempo para poder atrapar a los criminales. Sin embargo, tal y como señala José Luís Castillejos, columnista del diario Perú 21, el problema que impide combatir a los delincuentes es que las penas son leves y sólo se lleva a los tribunales a quien robe más de 500 dólares, en tanto si el monto es menor no son sujetos de sanciones.

Sin duda el principal flagelo que afecta a nuestra ya maltrecha ciudad es el de la delincuencia tanto “espontánea” (destacan los “arranchamientos” de celulares y bolsas) como el crimen organizado. Pese a que nuestro país cuenta con 1269 empresas que prestan servicio de seguridad privada, están no se abastecen de suficiente personal y armamento necesario en los puntos clave donde el índice delictivo adquiere proporciones mucho mayores (Perú 21, 2005: PG Ciudad). Lima desde hace mucho tiempo no es segura y se hace cada vez mas urgente una buena planificación para combatir la creciente tasa de criminalidad que nos afecta directamente a nosotros, los incautos transeúntes.

No es gratuito que en una encuesta realizada por el grupo IMASEN, bajo la supervisión del Área de Seguridad Ciudadana del IDL, el 80% tanto de los limeños como de los chalacos posean como mayor temor el robo en las calles. Además, en esa misma encuesta un 48.8% afirmo que temía ser asaltado con un arma de fuego, mientras que un 16.7% temía resultar agraviado por un ataque de pandillas o verse involucrado involuntariamente en un enfrentamiento vandálico entre las mismas, a un 14.8% les preocupe que le arranchen alguna de sus pertenencias y en un porcentaje menor equivalente al 9.4%, un accidente de tránsito.

Sin duda, la lucha contra la delincuencia esta lejos de ser ganada por quienes tenemos la remota pero aun latente esperanza que nuestro aparato judicial y el Ministerio del Interior demuestren por que son necesarios en la coyuntura nacional. Los sueldos que reciben son pagados por nuestros impuestos y al parecer ellos se la están llevando demasiado fácil. Lima posee un tercio de los 27 millones de peruanos que aun se sienten “golpeados” por el clima de violencia extrema que vivieron hace aproximadamente 28 años. Personalmente, yo no deseo vivir (o revivir) esos tiempos, no quiero salir a la calle pensando que quizá no vuelva jamás...

miércoles, 11 de junio de 2008

Matematica(s), ¡maldita necesidad¡


Durante once años de mi vida me he visto obligado a convivir con la matemática. Y es porque me considero el más implacable detractor de la “madre de todas las ciencias” que se me hace tan difícil encontrarle algo (siquiera) de bueno...
Odio la matemática porque es despiada y no tiene alma. No transmite sentimiento alguno y los problemas parecen burlarse de uno cuando no sabes como resolverlos. Asimismo, le tengo miedo a aquellos que parecen tener una especie de orgasmo, una “experiencia religiosa”, cuando parecen entrar en éxtasis al momento de descubrir la respuesta a la incógnita planteada. Odio tener que aprender formulas absurdas para llenar tres caras plagadas de esfuerzos inútiles debido a que nunca (o en muy pocas ocasiones) logro llegar a la respuesta correcta. Odio tener que memorizar tantos nombres sin sentido que algunas veces tienen que ver con la fisiología femenina (senos, cosenos, etc.) y detesto que no exista el “borrón y cuenta nueva” ya que (como dice mi padre) “todos es una cadena, si no entiendes algo te jodes en todo lo demás...”
Pero... les guardo cierta empatia porque cuando voy a hacer compras a cualquier parte o me veo en la necesidad de realizar cualquier actividad de “intercambio monetario”, evito que me “tomen el pelo”, que me estafen tontamente y que haga el ridículo ante personas conocidas y otras no tan conocidas. Asimismo, algunas veces simbolizan éxitos, retos, etc. Además, las aprecio porque hacen posible organizar recuerdos o datos (información) importantes para cualquier individuo y les guardo cierta simpatía porque le dan proporción y armonía a todo lo que nuestros sentidos perciben de nuestro alrededor (y nos hacen la vida mas practica y sencilla)...
Sin embargo... la odio porque es tan metiche que se inmiscuye en todos los aspectos de mi vida: ¿Cuantos días faltan para acabar el ciclo? ¿Cuando rompieron? ¿Hace cuanto que no se hablan ni se ven? ¿Cuantos años dura la carrera que vas a estudiar? ¿Cuánto esta el pasaje de acá hasta la Av. Universitaria?
La odio, también, porque cuando me hago la idea que me voy a alejar de ella por un largo tiempo (mas no definitivamente) me veo en la obligación de llevar (y aprobar) 4 créditos relacionados con ellas para poder ser admitido en facultad.La detesto porque me presiona y me causa nostalgia, me hace sentir cada vez más viejo y me va acercando a la mayoría de edad. Me causa encono, tirria, ojeriza y animadversión ver mi reloj y darme cuenta que en dos días es mi ultima practica calificada, en dos semanas es el temido examen final, y nunca haber sabido si matemática(s) se escribe con o sin “s” al final

lunes, 9 de junio de 2008

Apocalipsis Now...? (Cambio Climatico, una verdad incomoda)



El 5 de junio, caminando sin rumbo por las largas avenidas de la universidad no pude evitar observar un cierto tumulto al costado de la librería PUCP. Un grupo de curiosos transeúntes rodeaba a alguien cuyo rostro se me hacia muy familiar. Cuando pude sortear todo ese amasijo de brazos y las voces gritando: “Dame uno de esos”, “Yo quiero uno de cada uno”, pude reconocer a un amigo de mi clase de matemáticas, quien, con un llamativo polo naranja que contrastaba notoriamente con el color gris smog de nuestra ya maltrecha ciudad, acercándose con una bolsa repleta de bultos multicolores, y recitándome de paporreta la consigna “un regalo de la cato, por el día del medio ambiente”, me volanteo un sticker de forma circular con la siguiente inscripción “anda en bici, es mas saludable para ti y para el mundo”, alejándose luego para continuar su trabajo.

Tras haberse ido, me tope con otro chico de la misma clase, con el mismo polo y con la misma frase quien me dio otro sticker y asegurándose que no había nadie a su alrededor me contó que habían convocado a ocho chicos (cachimbos, para variar) para que, con la prenda naranja, recorran el campus de punta a punta (y créanme que es bastante), repartiendo el pesado contenido de las bolsas con la promesa de una pequeña remuneración como recompensa por el esfuerzo realizado. Tras haber escuchado esto, y pensando que no tenia clases hasta después de 8 horas, le pedí que me llevase hacia la oficina del encargado, pues hacia falta una persona mas. Para luego volver a salir vestido con el famoso polo y la bolsa repleta con los bultos multicolores, presto a iniciar la labor asignada.

Esta iniciativa pertenece al programa Clima de Cambios, iniciado por la Universidad Católica, con el fin de “informar y tomar iniciativas sobre el cambio climático, un tema central en la agenda mundial”. Este programa, sumado con la creación del Ministerio del Ambiente y la designación del famoso ecólogo oxapampino Antonio Brack Egg como su flamante ministro, constituyen dos pilares fundamentales en la lucha por nuestra supervivencia, la de nuestro país y de nuestro planeta. Pese a haber ocasionado algo de escepticismo en ciertos sectores, en una encuesta realizada por el Instituto de Opinión Publica de la PUCP, el 88% de los encuestados en Lima esta de acuerdo con la creación de esta cartera ministerial.

Siendo el tercer país más vulnerable ante las consecuencias del cambio climático, y por estar ubicados sobre una zona desértica las vidas del 40% de la población peruana corren peligro. Si bien recibimos diariamente una avalancha de información respecto a lo que sucede con el clima, el friaje en la zona sur de nuestro país, el deshielo de los glaciares (según la CONAM el Perú posee alrededor del 70% de los glaciares tropicales en el mundo, de los cuales ya se han reducido en un 22%), etc. Hace falta tomar medidas a nivel personal pues al desperdiciar anualmente 408 millones de metros cúbicos de aguas servidas al mar, cometemos en palabras de el ministro Brack “una estupidez, un crimen; pues esas aguas se pueden reciclar”. El hecho de cerrar el caño cuando no lo estemos usando puede contribuir, en gran medida, a frenar gradualmente este exceso de pérdida del líquido vital.


Si esto no es preocupante para algunos de ustedes, puedo mencionar el hecho de que cerca del 30% de las especies con las cuales compartimos nuestro planeta están por desaparecer. Esta, también el peligro que constituye el incremento de enfermedades, “como la malaria, característica de algunas regiones y que se esta expandiendo por el calentamiento.” (Cita de una entrevista al Dr. José Lozan, especializado en cambio climático de la Universidad de Hamburgo).

El cambio climático y sus posibles y al parecer inminentes consecuencias, son (como espero haber expuesto de forma breve pero directa) dignas de ser tomadas en cuenta por todos nosotros. Nuestro país, como vuelvo a insistir, esta en peligro de padecer un Fenómeno del Niño de proporciones similares (o de mucha mayor intensidad) a las de los años 1982 y 1983 en los próximos años. Nunca antes nuestro mundo había experimentado un peligro que amenazara con extinguirnos de la faz del universo, ¿Dónde estarás el día después de mañana?