martes, 3 de febrero de 2009

Cowboy story (Chapter the second)


Cuando hube recogido mis maletas despues del respectivo y minucioso chequeo en el departamento de migraciones, y luego de haber pagado el impuesto de salida previo al embarque de pasajeros, me derrumbe, junto con mis maletas, en uno de los frios escalones de ceramica que abrian el corredor repleto de tiendas y souvenirs peruanos. A lo lejos un grupo de musicos ataviados con coloridos trajes tipicos de nuestro pais, tocaban alegres y nostalgicas melodias al ritmo de zamponas, quenas y bombos.La gente, en su mayoria curiosos blondos turistas de camara en cuello, se acercaban animosos y no dudaban en dejar uno que otro billete o moneda en un negro y rustico sombrerito de pano mientras ensayaban (o al menos lo pretendian) unos torpes pasos baile que mas parecian aludir a los tumbos de un comico beodo al borde del colapso total que a un festivo danzante en union con la pachamama.
Pasaron unos minutos cuando me decidi a pararme y caminar por cada tienda antes de entrar a la sala de abordaje. Vi casacas, chullos, el cd del cholo soy que habia servido para una de las escenas de la pelicula mas reciente de James Bond, enciclopedias, etc. Los musicos atraian cada vez mas gente y el sombrero en el suelo se llenaba cada vez mas de billetes verdes con el rostros de Jackson y Washington y monedas de dos a cinco soles. Vage cerca de media hora entre souvenirs y turistas sonolientos hasta que decidi dirigirme a la sala de embarque. La encontre medio vacia. Un asiatico con apariencia de hacker dormia placidamente sobre sus maletas y yo no encontre mejor opcion que hacer lo mismo. El asiento al que me dirigi era, esta de mas decirlo, pequeno e incomodo. Tuve que arreglarmelas para acurrucarme junto con mi maleta fosforecente y mi bolso de mano mientras un exageradamente rollizo texano con sombrero de cowboy se acomodaba precisamente a mi costado junto con su esposa igual de obesa y sudorosa. Me imagine a mi mismo meses despues, regresando a Lima con un sombrero asi y con acentuado y canturron acento sureno propio de las gentes descendientes de los antiguos cowboys a los que habia conocido por medio de los westerns que habia visto desde pequeno durante aquellos entranables fines de semana junto con mi abuelo Maximo. Pero no, no me dejaria alienar como tantos otros latinos que buscan el mal llamado american dream porque para mi ese ideal de la vida perfectamente nortemaericana era un mero cuento chino a los que estamos acostumbrados por vivir precisamente en un pais mediocre y con un clase politica que deja mucho que desear. Me prometi regresar igual o mejor de como me fui, pero nunca transformado ni hecho un cholo agringado, pues cholo soy y no me compadezcas.
Atencion pasajeros del vuelo CO-091 de Continetal Airlines, sirvanse pasar a la sala de embarque numero 6 …– habia estado durmiendo cerca de media hora cuando la voz de la mujer robot me saco de mi sueno de inca kola y arroz con leche. No habia ni abordado el avion y ya empezaba a extranar, a pesar de todo y todos, al Peru con el trafico infernal de la Arequipa y la Javier Prado a las siete de la noche, con las huelgas diarias y casi religiosas de medicos y profesores, con el precio excesivamente del combustible y el pasaje universitario y por los fracasos continuos de la seleccion de futbol que se dicen ser profesionales y solo juegan por el dinero y no por amor a la camiseta.
Ultimo llamado para los pasajeros del vuelo CO-091 de Continen…- era hora. Tome mi maletin de mano y a rastras me dirigi al gate numero 6, mi maleta se negaba a avanzar y por una extrana razon parecia hacerse mas pesada a medida que me acercaba al umbral decisivo entre el Peru y norteamerica. Cuando mis documentos fueron revisados por ultima vez supe que era tiempo de decir adios a las frias paredes blancas que era el unico pedazo de pais que me quedaba. Mire las atestadas tiendas de souvenirs, escuche a lo lejos el nostalgic sonido de un huayno ayacuchano y dando un sonoro respire me adentre junto con mi pesada maleta envuelta en la cinta fosforecente y con mi incertidumbre disfrazada de una falsa adrenalina que no supe de donde rayos habia salido, a traves del plateado tunel cilindrico hacia el hall del avion donde una amable aeromoza me condujo a traves de los asientos de la clase comercial hacia mi butaca justo al lado de la ventana empapada por la tipica neblina limena. A mi lado una joven mujer de unos 28 se ubico junto con su pequena hija mientras yo examinaba el touch screen que tenia frente a mi asiento. Una voz dio la bienvenida electronic dio la bienvenida a los pasajeros del CO-091 y pidio que nos ajuestemos los cinturones pues estabamos a punto de partir. Mire por la ventana a lo lejos las farolas titilantes y el faro enhiesto del puerto chalaco. El ave de acero empezo a correr a 300, 500, 700 kilometros por hora hasta despegar con un subito jalon de gravedad mientras yo no despegaba la mirada de las luces, las playas y el malecon de la Lima brumosa y solitaria, infeliz y medio radiante que ahora dejaba en busca de un sueno de dolares y hamburguesas sabor a carton, una tierra extrana e imposible donde nadie es lo que parece y donde, a pesar de todo, aun hay sonadores que viven en pesadillas.

4 comentarios:

PaZ! dijo...

hamburguesas sabor carton..!
jaja xD
el sueño americano...?

me gusto el post... ultimanete te veo muy sentimental u.U
uy..!

Raul dijo...

lo cual no quiere decir expresamente que me estoy SENSIBILIZANDO. No, yo seguire como animal, maquina y casi nada hombre. :)

zol kndida dijo...

tu les hubieraz enzeñado como ze baila pues primO
zino pa q ztamoz loz nativoz xD
i naa
ZI t ztaz zensibilizandO!
florO! animal makina! xP

Gigi76 dijo...

pasu esos gordos si q te aplastaron eh!!