sábado, 5 de julio de 2008

Kachkaniraqmi: la lucha por la identidad nacional (Parte 2)


Dentro del marco de la transculturación, se origina, en los inmigrantes, un sentimiento de superioridad sobre los habitantes de su pueblo. “Se vuelven ferozmente anti - cholos. Quizá porque los rostros cholos les recuerden ese origen que desean olvidar a como dé lugar.” (Granados, 2000:48) Maria Emilia Yanaylle, en el conjunto de ensayos “Arguedas y el Perú de hoy” señala que “los cholos modernos, principalmente, del centro y del sur se sienten diferentes a los indios. Se bañan, no son toscos, no toman caña, quieren aprender, superarse” (Pinilla ed., 2004:170).Para Teofilo Altamirano y Lane Hirabayashi, uno de los medios primarios de identificación en relación a sus lugares de origen es el lenguaje (Quevedo, 2007:239). No obstante, al llegar a la ciudad, los quechuahablantes afirman que han cambiado ya que ahora hablan castellano y esta característica adquirida es la que les otorga cierto estatus, siendo el testimonio de Laura (una mujer de 51 años proveniente de Quillabamba en el Cuzco) un claro ejemplo de esto: “Allá se visten de otra forma, falda redonda o gordas serán. (Sic.) Algunas se visten con polleras. Nosotros hablamos de otra manera. Aquí en Lima tenemos otra manera de conversar, tenemos mas educación, me falta como se dice culturizar.” (Sic.) (Quevedo, 2007:239)

Ahora bien, el alejamiento de uno de los principales medios de identificación en los migrantes, no constituye el único problema latente. Ya en Lima, estos mantienen una cierta distancia respecto a las creencias propias de la gente de su pueblo, manifestándose a través de expresiones tales como:” En mi pueblo creen...”, “es su costumbre...”,”los viejitos creen...”,”dicen...” (Quevedo, 2007:243). Conversando con varios inmigrantes que laboran en la ciudad pude resumir todos sus relatos en esta sola idea: A pesar que trato de no perder el vínculo con mi pueblo y sus costumbres, la ciudad me obliga a renunciar a ellas (las tradiciones) para no quedar en completa marginalidad. En la Revista de Investigación de Análisis y Debate se plantea que, debido al proceso de la globalización, esta tiende a la consolidación de su hegemonía. Lo cual trae como problemas entre etnias y los grupos criollos en el ámbito interno de un estado (...) (Covejo, 2002:196) Este distanciamiento conlleva a un posible choque de civilizaciones, parafraseando a Samuel Huntington, como expondré a continuación.
Tras darse el encuentro entre estos dos bloques, en la relación de migrantes y sociedades establecidas, se origina un choque de culturas que trae violencia y acentúa el racismo. Estos choques, aparte de su intensidad, se caracterizan por su brevedad y su carácter intermitente (Huntington, 1997: 56). A raíz de estas colisiones, en ciertos grupos indígenas, se originan ideologías contrarias y radicales con respecto al colonialismo y afán expansionista occidental. Acerca de esto, Aníbal Quijano afirma que se han desarrollado procesos paralelos de autonomización, revitalización y revolución cultural (1980:34) y es debido a que el reto de integrarse al sistema redes rebasa sus posibilidades que recurren al nacionalismo y al etnocentrismo, tratando de cerrar las fronteras de su país en términos reales y simbólicos (Quevedo, 2007: 251). Ante esto “los portadores de la cultura dominante, desafiados ahora no únicamente al nivel del poder social y político, sino también en su modo mismo de ser hombres, reaccionan o tienden a reaccionar oscilando entre la represión abierta y la utilización de los nuevos elementos culturales en su propio beneficio (Quijano, 1980: 37). Sobre este punto, algunos señalan que dentro de la lucha entre culturas una de ellas tendrá que desaparecer definitivamente, para dar paso a la otra pues, de otra forma, el conflicto causara la destrucción de ambas y el caos absoluto regirá en el mundo. Ante tan apocalíptica propuesta Samuel Huntington arguye que el kemalismo, resulta una tarea difícil y traumática pues se destruye una cultura que ha existido durante siglos y se establece, en su lugar, una totalmente nueva e importada de otra civilización. (1997:86, El énfasis es mio) Es innegable la existencia de un sincretismo entre la cultura andina y la occidental y seria un gran error, sacrificar una por la supervivencia de la otra, pues se estaría atentando contra nuestra propia identidad chola y mestiza.

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