viernes, 21 de marzo de 2008

Betrayal butterfly (parte 2 )

“Nadie ve lo que va a pasar,
Somos ciegos al nacer...”
Pedro Suárez Vertiz

Ese fin de semana, luego de nuestro primer beso, permanecí en aquel trance “casi místico” que había iniciado el día anterior. Es tan raro como el amor te saca de tus casillas, te quita el sentido común y (perdón si hiero susceptibilidades) te vuelve tan idiota. Pareciera que causara algún tipo de retraso mental, y es que uno se acojuda tanto que comienza a escribir poemas y a componer canciones de amor (que suenan mal y nunca tiene la razón).Créanme que yo experimente todos los síntomas del mayor y mas peligroso e imperecedero de los virus en la historia de la humanidad (sí, mucho, pero mucho peor que el VIH).

Pero este no es un post que expone vituperios y oprobios en contra del amor, sino uno que busca dar cuenta de una fraudulenta y patética historia de amor de la que fui victima y de la que desgraciadamente forme parte. Una historia que para algunos puede oler a despecho, pero que tuve la necesidad de relatar, por causas que aun desconozco.

La primera semana (y los días siguientes) de aquella hipócrita relación fue un tanto difícil. Resulta que todo había sido una apuesta entre la mariposa y una de sus amigas, así que el lunes a primera hora la estaban instigando a terminar conmigo, mientras yo recibía una avalancha acerca de cómo había pasado todo ( extrañamente el chisme corrió tan rápido que ahora prácticamente, todo el colegio, incluyendo a los profes, lo sabían). Sin embargo, por motivos que se me hacen aun mas extraños no rompimos sino hasta un mes después en una insoportable tarde de verano, cuando fui a buscarla al colegio, luego del curso de subsanación de matemáticas al cual ella asistía. No me dio motivo alguno, no me dejo hablar siquiera, estábamos en la cafetería y sentía las miradas a mí alrededor, las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos y emprendí la cobarde huida sin decir una palabra.

No recuerdo como ni cuando regresamos, pero fue al muy poco tiempo de lo sucedido en la cafeta, quizá cometí un gran error, no lo se, pero yo la quería y la quería tanto que solo dije si, ignorando lo que todo ello traería consigo. ¿Cómo es que hacen las mujeres para tener esa habilidad de hacer que nuestra alma este convencida que aunque pasen mil años siempre vamos a ser el gran amor de sus vidas? La verdad, se me hace muy difícil de entender...

Esos primeros meses, luego de romper por primera vez, se tornaron quizá de otro matiz. Sentí que ella al fin me era sincera, sentí sus besos mas verosímiles y sus te quiero mas profundos. Me enamore, es cierto, me enamore como un Florentino Ariza de una Fermina Daza, me sentía capaz de esperarla 51 años. 9 meses y 4 días. Me enamore como un Paris de Helena, pero en este caso Helena era el caballo de Troya, ese caballo que penetraría en mí para luego destruirme por completo. Nunca pensé que el amor doliera tanto, que fuera más fácil llegar al sol que a su corazón...

1 comentario:

PaZ! dijo...

"En el colegio no existe el amor, todas son ilusiones”.... Exactamente no se si sea real o no esta frase pero por las experiencias que e visto creo que es cierta.

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